
En este artículo voy a explicar de forma clara qué es el proctoring, cómo funciona, en qué se diferencia del antiplagio, qué beneficios aporta, qué soluciones existen en el mercado (con foco en España y el mundo hispanohablante) y qué opciones tener en cuenta.
¿Qué es el proctoring y de dónde viene la palabra?
Proctoring es el término que se usa para referirse a la supervisión de exámenes en entornos digitales mediante tecnología: identificación del alumno, monitorización por webcam, registro de pantalla y análisis de comportamiento para generar evidencias de integridad en la prueba.
En sentido histórico, proctor era la figura que representaba o vigilaba asuntos ajenos (del latín procurator), de ahí proctoring como “acción de supervisar”.
¿Por qué y cuándo es necesario?
El proctoring se emplea cuando una evaluación necesita asegurar que quien realiza la prueba es la persona matriculada y que respeta las condiciones acordadas (sin ayudas externas, sin suplantaciones).
Es especialmente útil en: titulaciones 100% online, certificaciones profesionales a distancia, convocatorias masivas que sería caro reunir presencialmente, y procesos donde la reputación del título depende de la garantía de integridad. Al mismo tiempo, su adopción debe ponderarse con criterios de proporcionalidad, privacidad y accesibilidad. Es verdad que se está empezando a usar este tipo de software también en el entorno presencial, cuando se hace uso de herramientas digitales (ordenadores, tablets…).
¿Cómo funciona (a grandes rasgos)?
Hablar de “proctoring” agrupa varias técnicas y niveles de vigilancia. Las principales modalidades son:
- Live proctoring (vigilancia en vivo): un supervisor humano vigila en tiempo real varias sesiones y puede intervenir.
- Recorded or review proctoring: la sesión se graba (vídeo, audio, pantalla) y un equipo revisa los registros después del examen.
- Automated/AI proctoring: sistemas automatizados analizan audio, vídeo y comportamiento con algoritmos para detectar irregularidades; suelen generar alertas que un humano revisa.
- Híbrido: mezcla de las anteriores según necesidad.
Cada enfoque tiene ventajas y límites (coste, escalabilidad, tasa de falsos positivos y preocupaciones de privacidad).
Etimología
Proctor proviene de una contracción de procurator (latín): originalmente era quien administraba o representaba a otro. Esa idea de supervisión es la raíz del término actual.
Antiplagio vs. proctoring: no es lo mismo
El antiplagio (por ejemplo, herramientas como Turnitin) compara textos para identificar coincidencias y patrones de copia en trabajos escritos; es una herramienta de detección sobre entregables textuales.
El proctoring, en cambio, supervisa el momento del examen (identidad, comportamiento, uso de recursos) para evitar fraudes en la ejecución de la prueba.
Ambos complementan la integridad académica, pero actúan en niveles distintos: el antiplagio sobre el contenido entregado; el proctoring sobre la conducta durante la evaluación.
Beneficios principales del proctoring
El proctoring aporta varias ventajas claras para la evaluación en entornos digitales.
En primer lugar, refuerza la garantía de identidad, lo que reduce notablemente el riesgo de suplantaciones y aporta seguridad a quien otorga el título.
También genera evidencias objetivas (grabaciones, registros de actividad y reportes) que facilitan la resolución de incidencias y aumentan la trazabilidad de cada examen.
Su escalabilidad permite evaluar a grandes colectivos sin los costes logísticos de convocatorias presenciales, y, al mismo tiempo, ofrece flexibilidad a los estudiantes al permitirles examinarse desde ubicaciones remotas.
Todo ello contribuye a aumentar la confianza en títulos y certificaciones digitales, siempre y cuando la implantación sea transparente y respete la normativa de protección de datos y la accesibilidad del alumnado.
Riesgos y límites: privacidad, sesgos y normativa
El proctoring procesa datos muy sensibles (vídeo, biometría potencial). Por eso existen debates y decisiones regulatorias: por ejemplo, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha advertido sobre el uso de reconocimiento facial obligatorio en exámenes online por el alto riesgo para derechos fundamentales. Esto obliga a las instituciones a buscar soluciones que respeten la legislación y a ofrecer alternativas razonables a los alumnos.
¿Qué soluciones hay en el mercado?
En el mercado global e hispanohablante hay varias opciones reconocidas: SMOWL (desarrollado por la empresa española Smowltech), Respondus, Honorlock, Proctorizer, entre otras.
Cada una se posiciona con distintos énfasis: integración LMS, modelo híbrido, enfoque en privacidad o en detección avanzada con IA. La elección depende del caso de uso, regulaciones locales y de la experiencia que se quiera ofrecer al estudiante.
En España y países hispanohablantes
En el ecosistema hispano destacan proveedores con atención local o producto en español como SMOWL y Proctorizer, además de soluciones internacionales con presencia en la región. La presencia local suele facilitar la adaptación a normativa y soporte en español.
¿Por qué SMOWL me llama la atención y por qué revisaría siempre si una institución lo usa?
SMOWL destaca por su enfoque en integración con los diferentes LMS del mercado, operación basada en evidencias objetivas (capturas y reportes) y comunicación clara sobre protección de datos y cumplimiento normativo (GDPR, referencias a FERPA/CCPA en su política).
Además, su operativa en navegador y distintos planes permiten adaptar la supervisión al nivel de exigencia de la prueba. Por eso, al elegir una institución que ofrece formación online, recomiendo comprobar si usa soluciones con políticas transparentes de privacidad, integración técnica y soporte local (como SMOWL), ya que es un buen indicador de que la institución toma en serio la integridad sin descuidar derechos del estudiante.
¿Qué valor aporta el proctoring a un título?
Cuando se hace bien, el proctoring aporta credibilidad: empresas, acreditadores y otros centros confían más en un título si hay garantías de que las evaluaciones se realizaron con control. No es la única pieza. También importan diseño instruccional, tareas auténticas y evaluación continua. Pero sí es un componente clave para transformar un certificado digital en una credencial defendible.
Conclusión práctica
Si vas a implantar proctoring: define objetivos (qué quieres probar), elige modalidad compatible con tu alumnado y normativa, prioriza transparencia y alternativas para alumnos con necesidades, y exige a proveedores evidencias de cumplimiento legal y de soporte técnico en tu idioma.
Mientras que si eres un estudiante, si la institución que eliges usa una solución con integración LMS, políticas públicas de protección de datos y soporte local (como SMOWL), es un punto a favor; pero recuerda que la tecnología sola no basta: la calidad pedagógica y la proporcionalidad siguen siendo decisivas.